Invierno, Primavera, Verano,
Otoño...
Invierno
El tiempo corre inapelable, sin prisa, sin pausa, en un ritmo constante que apenas conseguimos percibir.
Apenas lo entendemos, no conseguimos seguirle, siempre vamos detrás de él, aprendiendo lo que nos quiere enseñar cuando ya ha pasado, y no hay forma de cambiarlo. Lo que ya sucedió nunca volverá, y a la vez ocurrió para siempre. Ésa es la gran paradoja del tiempo.
Sólo nos queda, ante tal grandeza, intentar estar a la altura. Esforzarnos en conocernos a nosotros mismos para poder crecer, evolucionar y, quizá algún día, no tener que mirar hacia atrás para entender las cosas, sino encararlas de frente y con la conciencia tranquila.
Esta es la esencia de las piedras. Nos recuerdan que ya estaban aquí mucho antes que nosotr@s, y que seguirán estando después, impregnadas de la energía que en ellas volquemos, al igual que tantos otros ya lo hicieron.
Con nuestro trabajo tratamos que también vosotr@s os impregnéis de esta esencia, pues cada piedra es única, y así las tratamos, haciendo que cada una de nuestras piezas sea irrepetible. Esperamos que os guste.
Paz para tod@s,